
DIEZ
Para el fútbol argentino, la camiseta número diez cobra una trascendencia que en otros países, sobre todo europeos, no pasa. En la Liga Profesional Argentina, 29 de los 30 equipos que la componen cuentan con la 10 en su plantel actual. Newell’s Old Boys, equipo rosarino donde jugó Diego Armando Maradona e hizo inferiores Lionel Andrés Messi, es la única institución que no usa este dorsal. Quince de los restantes veintinueve conjuntos cuentan con jugadores mayores de treinta años que utilizan esa casaca. La lista va de Damián Díaz, con 38, quien juega en Banfield, hasta Luciano Cabral, el jugador de Independiente, que el 26 de abril llega a los 30. Muchos de ellos son elegidos por su experiencia y no por ser un diez de oficio. Es que llevar ese número no implica desarrollar la tarea propia. Un determinado jugador puede ser diez y usar otro número, o cualquier goleador llevar ese dorsal por su relevancia en el equipo o por su trayectoria. Estos son los casos de Edinson Cavani, de Boca, de Silvio Romero, de Instituto de Córdoba, y de Luciano Vietto, de Racing. Delanteros que superan los treinta años, y con sobrada experiencia. Es decir, la mitad de los planteles del fútbol nacional, en muchos de los partidos del torneo local, no cuentan con estos jugadores por un tema físico. Tomemos de referencia hasta la fecha 11, previo al inicio de copas Libertadores y Sudamericana, donde participan doce equipos argentinos y la rotación comienza a ser fundamental. De los posibles 990 minutos totales, solo Ignacio Malcorra, de Rosario Central, pudo superar los 800. Cavani, al igual que Gabriel Carabajal, de Sarmiento de Junín, Lucas Zelarayán, de Belgrano de Córdoba, y Luciano Cabral, apenas superaron la mitad de la totalidad. Y otros, como Damián Díaz, Silvio Romero, Matías García, de Aldosivi, Gonzalo Bravo, por Deportivo Riestra, e Iker Muniain, de San Lorenzo, rondan los cien minutos.
Pero no es un problema de la edad. Quizás en la experiencia se avecinen las lesiones, pero en la juventud también se encuentra la inestabilidad. Once futbolistas de la liga que llevan la diez en su espalda tienen menos de 24 años. Álvaro Montoro, de Vélez, a días de cumplir 18 años, jugó de titular seis de los once partidos. Franco Nicola, de Atlético Tucumán, y Lionel Verde, de Unión de Santa Fe, jugaron solo tres encuentros desde el inicio cada uno. Por otro lado, Gastón Verón, de Central Córdoba de Santiago del Estero, estuvo presente en la mitad de los minutos. Luego se encuentran Tomás Pozzo, de Godoy Cruz; Lucas Besozzi, de Tigre; y Gonzalo Álvez, de Independiente Rivadavia, todos ellos sin llegar a los 90 minutos, incluso este último sin debutar aún. En este contexto de acumulación de partidos, lesiones y competencia interna, es complejo encontrar un futbolista que se acerque a la mayoría de minutos posibles. Por eso resalta el caso de Alan Lescano, con 938 minutos, que junto a Marcelino Moreno, con 982, son los que llevan la diez de su equipo con más tiempo en cancha.
Alan, en su tercer año en Argentinos Juniors, con 23 años, fue el elegido para llevar la diez que alguna vez se puso Maradona. Diego lo conoció en Gimnasia de La Plata, cuando era técnico del Lobo. Después de un entrenamiento, se acercó al pibe y le dijo que tenía condiciones. Lescano no lo podía creer. Pero ya se venía hablando de él. En el Tripero lo comparaban con Ignacio “Nacho” Fernández por su zurda, su conducción y sus inicios. Nacho ya estaba en River, dirigido por Marcelo Gallardo. Para el entrenador de Núñez, este mismo es enganche, aunque no le guste utilizar esa palabra. “Tengo un montón de números diez en el equipo, no sé qué significa la palabra enganche. Número diez, el que conecta líneas, el jugador que es pensante, que tiene buena ubicación. En la actualidad el futbolista tiene que hacer un poco de todo, ese jugador que siempre va a sacar ventaja por su calidad técnica, por su creatividad, tiene que estar disponible para encontrar espacios, nadie los encuentra parado, porque no te lo van a permitir. Dentro de esa evolución está la parte física, y si hoy no estás en condiciones, el jugador creativo desaparece”. Para Gallardo, su puesto de futbolista, mejor dicho función, cambió. Hoy el organizador debe desarrollar diversas funciones. Según el entrenador, su equipo en 2019 contaba con varios creativos que se movían en diversos sectores del campo. De esto mismo está hecho Lescano. Por momentos puede ubicarse a un costado del cinco, y desde ahí lanzar. Para poner un ejemplo, tenemos que ir a otro diez ex Argentinos. Juan Román Riquelme en el primer gol de Martín Palermo en Japón frente al Real Madrid por la final Intercontinental. Ese tipo de lanzamiento es el que pretende hacer Alan, y muchas veces le sale como a su ídolo.
Diez años después del retiro de Riquelme, el chico de Bolívar se pone su camiseta. Pero la primera vez que lo vieron los hinchas del Bicho jugando en La Paternal fue el 25 de abril de 2023. Ese día, el Pupi, apodo que le puso su tía porque de bebé tenía las piernas de Zanetti, metió dos golazos. Uno de tiro libre, el otro fue de volea de aire por arriba del arquero Federico Lanzillotta. Hoy los grita enfrente. Al principio le costó jugar, pero con Pablo Guede tuvo continuidad y un gran desempeño. Desde la primera jornada de la Copa de la Liga Profesional 2024, encuentro con River, hasta la actualidad, fecha 12 de la Liga Profesional 2025, Argentinos Juniors convirtió 63 goles. Alan participó en 18, con doce tantos y seis asistencias. Es decir, en todo el 2024, y lo que lleva del 2025, de cada tres goles y medio que convierte el Tifón de Boyacá, Lescano tiene acción directa en uno. Un ejemplo claro es el partido frente a Racing en Avellaneda. Esa noche, Argentinos se puso en boca de todos. Al comenzar el segundo tiempo ya ganaba tres a cero. El primero fue de Lescano, definiendo al primer palo de Gabriel Arias. El otro se inició en el mediocampo con una pared doble entre el diez y Federico Fattori, y terminó con gol de Tomás Molina. El tercero fue de Sebastián Prieto, tras habilitación del Pupi. Ese encuentro fue una muestra de todo lo que puede hacer Alan Lescano dentro de una cancha. Nicolás Diez, su actual técnico, vio todos los partidos del equipo dirigido por el anterior entrenador, Pablo Guede. En ellos pudo entender que Alan es más importante cerca del área, asistiendo o convirtiendo. Es que el Pupi es un gran llegador. Su primer gol en Primera fue de cabeza, por sorpresa, contra Estudiantes, en el clásico platense, para poner el uno a uno que terminó siendo victoria de su Gimnasia. Cinco meses más tarde, Argentinos Juniors, club que no suele ser habitual comprador, decidió desembolsar dos millones y medio de dólares por la mitad del pase. Lo que en su momento fue un riesgo, hoy es una posibilidad de multiplicar el valor. Es que por Lescano van a llegar ofertas de los clubes con más títulos de Argentina, incluso del exterior. Es que en una liga donde la camiseta diez no se ve con asiduidad, al igual que el oficio, Alan Lescano es el joven con más continuidad e influencia del fútbol nacional.